sábado, 18 de septiembre de 2010

LABERINTO BEDUINO


                                               ©Antonio Robles
         



CAVERNA DE SILENCIO
a ken kesey y su “Alguien
voló sobre el nido del cuco”

Una palabra, nadie responde, diluida en el viento,
espectral, no existe.
Caminata a paso ligero, pensamiento lejano,
un jefe sioux, el jefe BROMDEN, ¿dónde queda OREGON?,
se camina, retroceso, ¿dónde fueron los bisontes?, me responde el
gran espíritu en DAKOTA, están corriendo libres en las praderas del
cielo, ¿y los sioux donde fueron?, danzan libres en un exilio celestial,
¿y donde está BRONDEN también atrapado sin salida?, danza en la
caverna del silencio, sus palabras son dueñas del viento.

Te busco McMURPHY, amigo mío, tienes un bar donde queda
el sueño eterno, se como llegar ahí.

Caminando, aquí hay un abismo, si se cae uno está muerto, muerto, muerto,
caminemos en círculo, el círculo no tiene salida, atrapados,
las palabras huyen, rompen el cerco, el verso es fugitivo,
el silencio es prisionero, no puede huir.

Un colibrí de vidrio se desintegra en mis venas,
oigo voces en mi torrente sanguíneo.

Un espantapájaros danza en mi aliento,
¿a quien escucha el prójimo?
BROMDEN, ¿quien te oye?, divaguemos en la niebla que
McMURPHY nos guía.

La superficie abruma, la superficie es ajena,
la hierba hostiliza en los caminos, percepción de la superficie
a través de la niebla auditiva,
mis signos vitales golpean el piso, los oigo, el establishment,
el tinglado avanza, avanza, avanza, escondámonos en la niebla,
el sentido de la audición se torna ermitaño caminando en la
oscuridad, los espectros de la luz son nuestros amigos,
platiquemos con una silueta de cristales molidos.

Un profeta subterráneo se embriaga de silencio,
la niebla confunde la verdad de BROMDEN, ¿WHITMAN hablaría?,
en la superficie nos volvemos espectros, entes, glaciares ancestrales en nerviosas vigilias, se oyen sonidos de campanas, búhos de piedra danzan en nuestra caverna, el silencio es el consejo de los shamanes.

Hermano BROMDEN, te entiendo, la niebla nos protege,
la superficie es insegura, lloviznas de la agonía, huyamos,
somos hidrogeno, así no nos verán, oxigeno y gases, átomos invisibles e
invulnerables, el tinglado no nos hará daño si somos invisibles.

Alguna vez pedí la palabra, la especie se tornó roca sonora,
la palabra volvió al cadáver extendido en gaseosa forma,
la piel del silencio me acompaña, el temor y la niebla se retiran,
la palabra ha de resucitar, derrumbar la pared de la especie,
cuidado, la especie y su establishment nos miran, un instante de tiempo
en la eternidad, las rocas sonoras, especie luminosa, su tinglado,
pierden por un instante, sin McMURPHY estamos muertos, muertos,
muertos, los signos vitales celebran, los escucho, su danza retumba en
mis oídos, por instantes la niebla se retira, hagamos una fiesta, vayamos
de pesca, hagamos el amor con una mujer de ilusión óptica.

Regresa la niebla, en la caverna estamos seguros, en fin espectros somos,
McMURPHY es hielo de Alaska, un tranvía polar se sumerge en el
océano, indefensos otra vez, hermano de viento, jefe BROMDEN, la
dialéctica nos abandona, militantes del silencio, la tundra solitaria nos
envía saludos, el silencio polar es fraterno, McMURPHY está lejos
en las noches del desierto, BROMDEN es callejón desconocido,
plegaria huérfana de dialéctica, sueño infantil en las cumbres del TÌBET,
piel extraviada de las calles, plegaria en la que danzan los cuervos,
mala hierba no redimida en los caminos, sicótico verso de cadáver cinético.


Agosto, 1999




PECADO LÌRICO

El delirio se cree sombra, celebra, abraza,
desconoce en intermitentes correrías,
desaparece pero vuelve.

La metáfora se viste de Dios padre, de Dios
astronauta, monasterios de cristal caminados
por el viento, inspiración a la deriva, se apaga,
se enciende, convoca, enanitos de vidrio se
congelan en mis ojos.

La calle es cadáver extendido en gélidas formas,
cuervos de carbón quebrándose en los
labios de la noche, pájaros invisibles
danzando en mi torrente sanguíneo, gusanos
metálicos celebran pisoteando mi andar.

Estáticos parajes inanimados donde la alegría se
embriaga en la morada del oxigeno,
la ternura pacta con el cianuro para
incendiar las nubes, montañas azules,
formas triangulares de reptiles.

Caminos de atmósfera irreales, ficticios,
desaparecen en mis pasos, bailan en mi frente,
me convocan, el delirio, la metáfora,
me hacen prisionero, monasterios de cristal
quebrándose en mí aliento.




EL SENDERO DEL BEDUINO

En esas horas eternas en que la
claridad encandila y lloran los
huesos.

Descubrí el desierto perdido.

En esas horas eternas en que la
claridad extiende en el infinito
su forma de cadenas.

Descubrí la imagen del beduino que
en círculo camina en el desierto.

Todo es irreal, el espejismo comediante,
lo intrascendente del espacio fìsico,
el inaccesible espacio homo sapiens, la proscripción
de la dialéctica, melancólica tertulia,
tal vez el anhelo de un espectro en
el Sahara, aliento mortal del viento en el Magreb,
todo entró en mi barroco corazón con
sigilo de lágrima.

Beduino de atmósfera, cielo, desierto,
el abismo en donde la estática derrama
inercia, sendero laberíntico,
olor a tierra seca, quietud de pájaro atrapado,
el avance de una nostalgia,
acaso son este poema.

Una imaginaria conjura centenaria,
siluetas viajeras, laberintos de humo,
senderos polvorientos me atraparon,
¿soy yo un beduino?, ¿soy yo hecho de humo
o la clave de un acertijo?



PLEGARIA AL ABISMO

Silueta del abismo que no estás en el viento,
no estás en la tierra ni en lo manso del agua,
ternura de cianuro, nada lleva tu nombre,
maute en el andar.

Tu aliento un desierto levanta a las estrellas,
el carbón tiene un fulgor oscuro, un cuervo negro
sobre un paraje negro, manzanas de humo, luz que
encandila, laberintos móviles, piedras de verbos
eternos, muerte danzarina.

Herencia de desiertos y ríos exangües,
callejones oscuros, campanas de piedra salobre,
vacío de cada día. ¿Qué extraño espectro se
diluye en los caminos?

Proscrito espíritu, visiones difusas en la niebla
adornando la brisa, confusión neurológica
diseminada entre sombras metálicas. ¿Qué flor
toma un color negrusco para ser besada por la
noche?, invisible es la flor que anuncia el verbo.

¿Cómo son tus manos espectro vacío?, de piedra
son las manos que tocan los andares, cenizas que
seducen a la eternidad.




EL ESPANTAPÀJAROS

Un espantapájaros arrogante, alta frente de niebla,
mirada infinita, se acerca, se dirige a mí, a saber que
soy, que cosa soy, a quien espanto.

En la faz tiene una mancha o insurgencia de estrellas
negras, incrustados pedazos de noches, eternas telas de
viento lo cubren desde el pecho hasta los pies, abismal y
profundo ropaje de diamantes oceánicos.

En congelados pasos me observa flanqueado de abismo y
sembrados, su fugaz verbo de la inquisición, su inquieta
mirada al acecho, disparos de cianuros, implacables espinas
luminosas, gotas de cielo incandescentes me rodean para
interrogarme si espanto, si estoy vivo, si estoy muerto.

Espectral, audaz, armado con montañas de rayos eléctricos,
irreductible frente a mi presencia, pero escucha cuervos,
regresa a su labor y a pasos de subterráneos pies de glaciar me
abandona, se aleja.

El misterio se congela en el aire, se derrite, desaparece,
y me quedo solitario, yo, ser del misterio.

Julio, 1996



AVE DE HUMO

Los días se quiebran en mi piel, jíbaros, evasivos,
una solución se incendia en el aire, pasos inconclusos,
se anestesian, cuervos de cristal, gatos transparentes de
carbón.

Fantasmal historia, pequeño sendero sin sentido,
solución danzando en el abismo,
anoche escuché voces tras la puerta de atmósfera y un
tren pasando, rieles de mi torrente sanguíneo,
el mundo encandila, sonríe de lejos montaña,
canto lejano de llovizna al borde de la orilla de mi fiebre.

Los días clandestinos extienden sus brazos, violín de niebla,
¿que tan desangrado es imaginar ser pan?

Un violento pájaro de vidrio vuela en mis ojos,
andanzas cubiertas de cuero, jíbara salida, apología, reverencia a
la nada, silueta dinámica de un espacio intrascendente.

Se calma una espera, sobre búhos de barro se evapora el tiempo,
ajenas visiones triviales, congeladas miradas derramadas
hiriendo promesas ave desconocida.

Y mancharemos, y deshonraremos lo moral, lo inmaculado que
queda por vivir.

Ave impúdica, inmutable, inmoral y manchada,
navegando en heridas oceánicas de cuarzo,
cuando lloran las nubes, cuando danza la ternura,
se congela la muerte.

Plegarias oscuras, gusanos metálicos, semblantes redondos de
reptiles, banderas gaseosas, gigantes de hielo saqueando tu piel.

Espectros lascivos desandan en tu cuerpo,
en tus templos en orbita alrededor de la tierra,
te aguardo muerta para congelar la ternura,
incendiar la tristeza, en recinto asaltado, insurrecto abatido,
libres caminatas inmorales, ave de humo.



EL ASALTO DE LA DUDA

Extraña magia, indolente Sahara, conjuran y
evaporan un pedazo de tierra.

Un camino, ningún camino, se camina o se desanda al
borde de una fiebre o escalofrío, de la vida o el abismo,
o no hay camino.

Maestro Whitman, la duda asalta,
las hojas de hierba no encuentran al monje perdido,
éste abismo embriaga a la segura certidumbre.

Y mientras sigue la espera, de……., tal vez,
avanzan minitos, horas, días, minúsculos espacios de
tiempo en medio de la eternidad,
intrascendentes puntos oscuros iluminan este abismo.

Acontece, o no, ¿tal vez?,
lo concreto danza en una polvareda, se desliza la vida,
solo es testigo un espejo anclado en años,
sombras que se mueven en círculo,
pasos que se van y regresan, el desierto expande sus arenas,
una ciudad de hielo espera calor.

Y mientras…………………………………………………..
el monje perdido cree encontrar un camino,
el abismo esquiva a la segura certidumbre,
un indio sioux vuela a las nubes de Dakota,
un esquimal de Alaska espera el sol de medianoche,
El Dalài-lama sueña caminar en las estrellas de la
noche en el Tìbet.

Diciembre, 1994



CALLE CIEGA

La mañana conjura en ritual saharaui,
se deja ultrajar por el viento seco,
el desierto baila en su tumba,
la mañana està muerta.

Esta matutina historia se repliega,
se evapora en el tiempo, la calle huye en círculo,
su rostro se vuelve brisa, cantera cinética,
sueños inmorales.

Esta vieja plaza se torna atmósfera, la calle està soñando,
nace un río de luces, siluetas alumbradas,
una diosa desnuda ofrenda su luz.

Avanza la tarde en adorno de cadenas,
eternos eslabones metálicos, paso de la inmovilidad,
contagio de agonía, la muerte establece su carácter ilustre,
criaturas impías, espíritus de humo.

Calle ciega, llegada de la noche, desandar,
silencio, pedazo de sueño, pedazo de noche,
espectros conjurando en las estrellas,
vírgenes eróticas vagando en el firmamento.

Extraña rebelión de los astros, sonríen,
se extravían a lo lejos, provocativos labios de monjas
volando entre aves transparentes y búhos de piedra.

Pedazo de calle, olor a tiempo, caminatas,
caminando alrededor, andanza ebria de oscuridad,
en mi aliento hay grillos de cuarzo que proscriben
en el vientre de la noche.




MONA LISA DE PIEDRA

Anhelo piedra fémina que anheles el beso del cianuro,
te embriagues de silencio congelado.

Piedra fémina cinética, pétrea mona lisa,
anhelo que anheles morir en la orilla de mi fiebre
ultrajada por la soledad electrificada en un paisaje de
hielo fúnebre.

Anhelo que ansíes tocar con tu boca el abismo donde
vuela mi lodo insurgente, intoxicarte, envenenarte con el
agua de la laguna parda que mora en mis ojos.

Mona lisa pétrea, anhelo que anheles agonizar por el
abrazo del delirio sumergida en el inerte espectro de un
desierto,
ansío tu ansiedad por manchar tu rostro con mi andar
desangrado.

Anhelo que anheles sepultarte bajo escombros de
lunas negras y pájaros de humo,
ansío tu ansiedad por quebrar la rama del árbol de cenizas y
caer en mi vacío de selva herética.

Ansío que ansíes navegar en la tumba de la delictiva
esencia de la pasión vestida de gris,
tu ansiedad de profanar el templo de tu cuerpo y
volverlo vidrio, tierra, uranio o viento.

Anhelo tu ansiedad de ser asfalto que solo la lluvia
acaricia,
tu ansiedad de ser caja de ceiba en ceremonias de
gusanos viajeros y cuervos de carbón.

Ansío mona lisa pétrea que divagues entre dos venenos,
tu ansiedad de ser abrazada por la madre tierra.




DESANDARES

Desandan, trafican, palabras ancestrales, danza del tiempo,
ebria dialéctica, espectros al margen, cobijan al verso,
esquivan al universo fìsico, ignoran la esencia humana,
campanarios de humo, beduino en el Magreb, desandan,
pradera del sioux, ceremonia en el Càucaso.

Desandan, trafican, jardín de la noche,
el Aconcagua besando a las estrellas,
ladrón de Bagdad sobre techos milenarios, plegaria a las
nubes en la voz de shamàn, duendes de niebla,
peces de cristal navegan en el verso.

Merodean a este mortal, siluetas penumbrales colgadas
al viento, huraños espectros rondando en el desierto,
ansiedad bailando en los glaciares y grillos azules robando
palabras oscuras, ceremonias de cuervos, enanitos de
hielo danzando en el aliento, elègicas moradas de monjes
en mágicas cumbres.

Acosan a este mortal de oscuridad cinética,
laberintos divagantes en nieblas y polvaredas,
indefinida es la tierra, el prójimo juega y exorciza,
una luz acorralada retrocede,
mil palabras huyen a sus cavernas perseguidas por las
sombras que el misterio les asigna,
“sol de media noche, glaciar perdido”.

Acosan a este mortal, embriagues de palabras,
estrellas, caminos, nieve lejana,
tertulias más invisibles que el aire,
ojos sensitivos más anchos que el océano.



PASOS

Los pasos en este callejón
suenan en otro callejón lejano
donde…………………………
se escucha el llanto de estos pasos
quebrándose como vidrios en
cualquier callejón
donde…………………………..
se evapora el aliento de un segundo
en la eternidad



ESTATUA DE OXÌGENO

Caminé sobre hombros de lluvias, tormentas y
corrientes eléctricas,
a la hostilidad, al abismo, a los parajes peligrosos.

Alucinado, sin sed, sin necesidad, avancé
hacia los pantanos de la inquietud y
el cianuro se volvió mi compañero.

Al fin descubrí donde danzaba la fiebre,
donde cantaba el aliento, descubrí la flor
dura que dictaba sentencias,
brindé con la depresión carcelera,
descubrí a la ternura besando a la muerte,
vi cerros gigantes con ojos en infinitos
movimientos, me olvidé del miedo.

Pero me detuve para siempre frente a la
estatua de oxígeno que vigila la tierra seca.




LA METÁFORA DEL TÚNEL

Cuantas palabras trazan signos divagantes,
que ojos descifran ecuaciones fantasmales. Y dentro
del túnel el espíritu de la metáfora acompaña
a la noche del azar.

La incertidumbre conjura para exaltar
la penumbra, danza la posteridad, y todo
parece volar sobre siglos penumbrales,
el huraño verso, cauces azules que ignoran al
gran Ganges, la voz indefinida de la arcilla,
oscuro lenguaje, pasaje infinito,
extraviado jardín, desierto perdido.

Tiempo que seduce enigmas, fraterniza,
la agonía es infinita, el sueño inagotable y la
jíbara metáfora se diluyen en la penuria. Y
no llegan jamás a la última palabra. Y varían
según las agonías.




LOS PASOS DESDE NIÑO

Los pasos desde niño no saben que pueden andar
y creen ser piedra o barro,
inmensidad en la noche,
minúsculas tormentas de la muerte,
cabezas circulares de buitres taladran la sagrada carne,
el cáliz de la sangre se extravía en los andares,
los pasos se mueven por instinto,
ciegos avanzando en la oscuridad,
la levadura y el trigo,
la sustancia cree ser pájaro en el viento.

Los pasos exploran andanzas en círculo,
inerte dialéctica, siluetas triangulares de cuervos
perforando el estático sendero,
todo danza alrededor de estos pequeños pasos,
la luz se repliega ante los sueños,
digieren un puñado de años, inanimados,
sin saber que navegan,
los duendes rondan y no muere la magia,
el pan y el cáliz se embriagan de signos vitales,
enanitos de agua desfilan,
el paso no sabe que camina, oscuridad,
inocencia, esfera perfecta.

Extensas lloviznas de la agonía,
espectros de cristal esquivando esta marcha,
ya estos pasos se confunden,
imaginan ser pan duro, imaginan ser vinagre,
ya estos pasos sospechan de la eternidad,
olfatean estática, ancla, rincón oscuro,
templo de abismo.




OSCURO ARTE

Acompaña mi sombra por la avenida
antes que se evapore el alivio de la palabra
temblorosa, antes que el tiempo se torne
pasaje indefinido.

Acompaña mi sombra por la avenida
antes que para siempre huya la tormenta y
no estampe su sonido en el acertijo de las
noches.

Antes que el cristal viviente
se exilie en el paraje imaginario y
me deje solo, anclado en la morada más
abandonada de la tierra.

Acompaña mi sombra por los caminos
antes que lo inexorable desvíe el
río en su cauce de cenizas soñadoras.




SUEÑO FANTASMA

La fría tormenta llora, homenaje al
silencio, fúnebre soledad, la calma se
adorna de hielo, un fantasma, persona,
caminante, ser, danza sobre el aullido de
un tren.

Rojas flores, ceniza muere, trigales desertan,
corazón perdido, el tren se extiende,
rieles en el viento, pasos en la inmensidad,
abismo inexplorado.

Un cadáver sueña, un cadáver sonríe,
primera clase, sueño diseminado en calles y
caminos, flor de tierra, duras manos recogen
cosecha.

Sonrisa inerte, navega en los surcos,
en los rieles, clavada en la tierra,
aprendida tristeza viajera en el tiempo
subterráneo, bandera sin color,
ajena aurora.

Un laurel de zapatos se encierran para
sobrevivir, el beso de una monja desanda
prostituyendo al viento, donde la oscuridad
traiciona al misterio pactando con la luz,
la diestra de Dios se duerme por un
segundo causando un cataclismo.

Abril 1996


HURAÑO PÀJARO

El aliento corre en una calle de humo
La sangre sonríe donde nace el abismo
Así surge un huraño pájaro

Se adiestró como flecha en el viento
Descansó la mirada en el desierto
Anestesió la memoria en las espinas
Ignoró el consejo de los brujos
Acechó el festín de las fieras

Fue proscrito entre fantasmas crueles
Se encandiló con el sustento de las águilas
Se derrumbó en callejones sin salida
Vagó invisible en la oscuridad de las montañas
Acechó la morada de los dioses
Arañó el secreto del tiempo
Se congeló en las leyes de la dialéctica

Se quemó las manos en la eternidad moribunda
del verano/
Adivinó las locuras de la noche
Esquivó las agresiones de la atmósfera
Se comió las horas congeladas en los caminos
Luchó en los combates espectrales
Educó los ojos en los volcanes

Se volvió inercia
Oscuridad indefinida
Tomó la frialdad del invierno
Conspiró en los parajes invisibles
Leyó la escritura de las tormentas
Se embriagó con la lluvia ardiente
Se arropó con la piel de la niebla

Robó el tesoro de los barrancos
Enfrió el corazón con pieles astrales
Platicó con el cianuro diseminado
Observó la conducta del relámpago
Extravió el laberinto de la ternura
Descubrió la orilla de la fiebre
Se hizo piedra en baile de cenizas
Anheló la secreta clave de los cuervos

Se auto diseñó de átomos incoherentes
Se enemistó con la brisa del desierto
Claudicó hasta incendiar la sangre
Y entonces fue diferido por la vida
Apagando su ánimo
Anidando en laureles congelados

Ave fantasma indigna entre cuervos de cristal
Propagando su tristeza en las ramas invernales
No solo su instinto buscó el dolor sino la mirada

Mirada atrapada en una piedra
Piedra en constante rebelión
Tristeza y alegría hermanadas en manos fantasmales

Diciembre, 1999



SAHARA

Hojas azules danzan en la brisa y luego se
hacen viento,
jardines de diamantes derraman siluetas en el
espejismo del beduino.

El desierto forma un claroscuro imaginario,
un pájaro sediento descubre la paz del delirio.

La dialéctica huyendo del credo queda
atrapada en un laberinto saharaui,
una silueta, metamorfosis de signos vitales,
beduino sin camino, agua mineral imaginaria,
sin salida, óseo jardín,
el beduino se aleja del jardín pétreo congelado
en las cumbres, ara en la tundra,
descansa en la calma de hielo,
conversa con el padre del tiempo,
descubre la caverna escondida,
araña la soledad y asiste al ritual de los glaciares.

Julio 1994



RITUAL DE PALABRAS

Palabras bailando alrededor de un
pájaro muerto,
navegando a través de un río seco,
anhelando la ajena danza del pan.

Ritual de palabras que huyen del
desierto,
erosión en colinas desiertas,
ritual de peces cristalinos quebrándose en
el aire,
ritual de espectros que danzan en las
islas de la noche ante la faz del
asombro y la derrota.

Plegaria solitaria del viento a la
orilla más estática de la calma,
silencio angosto y claroscuro,
pobres y magistrales palabras armadas
de congelada paciencia,
anhelando entrar al amanecer en
magistrales moradas.

Palabras de oscuro terruño
separadas del prójimo y su luz
demográfica,
ritual abandonado y seco de
banderas invisibles.




EL TEMPLO

Saquear tu templo es resucitar pasos muertos,
revivir con ellos, escuchar la voz de una mañana.

Saquear tu templo es convertirse en nave, en glaciar,
la tarde mira con ojos implacables, eterna huida,
desaparezco solo frente a la tierra, frente al mar.

Se extravía la guarida de un abrazo,
un adiós se encadena,
se congela un ancla de polvo y viento,
se expande en la inmensidad una calma
anestesiada.

Ojos espectrales de aire que no han
sido palabra,
que no han sido verbo,
que no han sido carne,
una boca toca el rostro de la noche.

El aire se hace presencia, silueta de
calor, olor humano perforando mis sentidos,
extinguiéndome ante ti,
la noche viste de azul,
un beso eterno desanda en el vacío,
se devuelven sonriendo los pasos que
iban hacia la nada,
el adiós se vuelve proscrito,
se vuelve bandido.

Un redentor astronauta hace volar el
paisaje que miramos,
una mirada toca moradas de humo.

Escombros desolados,
desierto de risa comediante,
la ternura se extravía en tu vientre,
un río de sombras ahoga, abraza,
da besos mortales,
un samàn se deprime y
divisa un camino ciego, un fin.

El rocío canta, un pez de cristal rompe
vidrios dentro de tus labios,
anhelo tu deshonra convertida en ave erosionada
en el viento,
camino y huyo sobre tu cuerpo.

Saciando mi sed un búho me regaló la
oscuridad,
con tus senos quebrándose en mi aliento,
mi morbo se seca en tu templo.




PIEDRA REFLEXIVA

No se descifra el tiempo que envuelve
esta morada pétrea,
el abismo es insalvable para amontonarse con
otras rocas sonoras,
las leyes de la física se evaporan en el instante,
en el segundo de tiempo en que es objeto lanzado
al viento,
el calor de los pasos se vuelve glaciar,
la dialéctica camina en círculo ignorando a esta
piedra sensitiva.

Sueña adentrarse en la noche del universo,
deja atrás constelaciones y estrellas,
torbellino del espacio compasivo.

Y en el vientre de la noche se ensombrece toda
eternidad,
piedra al borde de la orilla de un cielo perdido,
ojos del enigma que se fijan en la astral soledad,
fraternizan,
incandescente sueño pétreo en un espacio teñido
de blanco,
sueño fugaz,
la luz somnolienta se desgarra,
en una grieta surgen mundos solitarios, ríos celestiales,
manos alumbradas en espacios congelados.

Manos alumbradas que se alejan de este
solitario ente rocoso,
ternura invisible,
cierran las grietas de la luz,
despertando del sueño esta melancólica roca para
encontrarse nuevamente sola y sensitiva.